Los súbditos del "yo"


Fluyen desgarbados hasta ser exterminados
y alados sólo flotan al ritmo del viento
permaneciendo escuálidos y penosos
Se desintegran al ser sujetados o soplados
como cenizas de aquella carta olvidada

Gozan de su rigidez al punto de resquebrajarse
pero desde su contracara emanan calidez
y esa es la más sincera y simple
dialéctica de un devenir atolondrado

Cobran impulso al ser expuestos
se comportan como fuerzas activas y reactivas
aunque su creatividad depende de su canalización
esfuerzo cotidiano y voluntario hacia el eterno retorno