¿Por qué te fuiste si sabías que aún no me había saciado de ti?


Mientras intento desvanecer mi cuerpo en un sueño perdido
siento como ella roe los barrotes
y como tu contemplas compasiva las sábanas caídas.
Y desde aquí percibo que entiendes todo
Que eres capaz de desbaratar cualquier diamante anudado

Se que el tiempo y el espacio son piedras ya perdidas para ti
Se que muchas veces te enredaste en lo inhóspito
queriendo resbalar sólo para poder gritar
Se también de esa rosa sin por qué
que se arrastró por ti hasta la humillación
sólo por la calidez de tu sonrisa, la luz de tus palabras
Se de tus alegrías y anhelos
de tus tropiezos y saltos
de tu camino recorrido sin descanso
hasta el sinrazón de aquel estancamiento perpetuo

Sólo tú conoces todo lo que se
cofre divino sin paredes ni candados
que atesora recuerdos nunca olvidados
presentes como ayer, como hoy

¡Colchón de auroras abrazadas!
¡Cajón de truenos aminorados!
¡Tambores de sonetos multiplicados!
¡¡¡Terciopelos de púas ultrajados!!!...¿Por qué?
¿Por qué te fuiste si sabías que aún no me había saciado de ti?

Déjame danzar



Invalidando las nauseabundas tranqueras que desquician la partida
forjo la rueda del entierro a lo que inspiro levitar
 Pero vuelvo a lo que remotamente olvidé antes de soñar
porque las cortinas flamearon y  la ventana se inhibió

Esta vez los rayos oscurecieron el escondrijo
 y el santo se lamentó al despojarse de su manto
Pero parece intransigente el sonido de la materia
suspira calor y refluye dolor

Y cuando la insignia del coraje no tiene guarida
es porque hay hierbas que ya no danzan
que quedaron encasilladas en las andanzas de lo cotidiano
de lo superfluo necesario.