INTERMITENTE



Se detiene.
Retrocede.
Permanece inmóvil.
Todo transcurre tan fugaz
no se encuentra
se pierde
tropieza de nuevo
quiere llorar
o acaso escapar
pero sólo le sale añorar.
Ya no sabe de dónde vienen las heridas
ni el número de cicatrices que acarrea
sólo siente el peso que sofoca…
Alguien más escribe
alguien más pinta
alguien más…
Muchos caminos que pierden sentido
la nada misma que deslumbra
instante de pánico harto conocido.
Cierra los ojos
nada es para siempre.

EN TODO SU ESPLENDOR



Soñadora incansable
romántica empedernida
se camufla tras su sonrisa socarrona
se resguarda entre sus juegos de palabras
Cuando se abalanza al mundo infraganti
sus carcajadas estrepitosas van por delante.

Descubrirla es para pocos
cuando se despoja de su coraza
ES,
 en todo su esplendor.
No puede evitar soñar
y la sensibilidad le brota por los poros.

Lucha con fantasmas del pasado y de todos los tiempos
le teme a los condicionamientos
y le repugnan las culpas impuestas.

Siente admiración por los niños
los envidia en secreto
Recuerda que en alguna época también lo fue
pasa su tiempo buscándola
sabe que sigue allí aunque a veces la pierda de vista
porque es esa niña la que la levanta cuando cae
es su inocencia, su creatividad y su entusiasmo
lo que la impulsa a seguir soñando.

Su sueño es ser feliz,
(sí, aunque suene a cliché)
no en un estado estático y acabado de requisitos determinados
al contrario
desea vivirlo como algo escurridizo, versátil, ciclotímico
en constante mutación.
A veces se desanima o se pierde,
pero sabe que el juego consiste en vislumbrar esa felicidad y perseguirla…
volver a distinguirla y correr tras ella nuevamente,
así…indefinidamente.


“No es la búsqueda de la felicidad
es la felicidad de la búsqueda”

Nostalgia de aquella mirada



Abstraerme
observar
ver la boa en lugar del sombrero
imaginarme el elefante.

Recuperar la mirada inocente
esa que aún es pura e inmaculada
que cuestiona todo sin lógica finita.

Volver a inventar un mundo en una baldosa
sin pisar las líneas
pero sin fronteras.

Jugar
deconstruirme para reconstruirme
resignificar una y otra vez
sin noción de tiempos
lo cronológico como el absurdo de antaño.

Fotografiar el paisaje con todos los sentidos
dibujarme en él y a través de él
acariciar el momento dulcemente
abrazar lo que es
lo que contiene
lo que genera
sentir su autenticidad y sonreír.

LA MÁQUINA SIGUE MARCHANDO


Repleto de nada
engullido por un agujero negro
el universo hace implosión entre sinapsis acartonadas

Gritos mudos
que se pierden en un laberinto de cuerdas vocales oxidadas
ondas sonoras sin razón de ser

Quietud en su forma más acabada
tranquilidad hipócrita que pierde por doquier.

Afuera la maquina sigue marchando
los engranajes encajan a la perfección
a la perfección de quién?

Pieza olvidada, caída, machucada, rota, transformada, perdida, cambiada, pateada, pisoteada, olvidada…olvidada.

La máquina sigue marchando
agobio de un tic tac que no se detiene ni se controla

Vaivén nauseabundo y resignado
metamorfosis repugnante de prioridades esquizofrénicas
intermitentes, inestables, impuestas, doblegadas, extorsionadas…
arrebatadas de toda esencia, sin alma,
sólo etiqueta y precio.

La máquina sigue marchando
pieza reducida a su valor de cambio
aturdida entre oferta y demanda
oferta y demanda de quién?

Pieza olvidada, caída, machucada, rota, transformada, perdida, cambiada, pateada, pisoteada, olvidada…olvidada.


EL DOLOR ES SABIO



Llora
llora hasta que te duelan los ojos
hasta que te cueste respirar entre cada sollozo
hasta que sientas que el cuerpo languidece
y el alma entra en coma.

Deja que se juegue hasta la última lágrima
que tengas resecas hasta las entrañas.
Siente que el dolor te recorre una y otra vez
una y otra vez
una y otra vez…

Ódialo
pero deséalo mientras lo aborreces.
Porque el dolor es sabio
nos recuerda que estamos vivos a cachetadas,
que no somos omnipotentes
mucho menos perfectos
somos perfectamente humanos
con miedos, fracasos, tropiezos.

Es sabio porque es un arma de doble filo,
te ahoga brutalmente en la realidad
pero resucita de un sacudón el deseo de vivir
que aún sigue intacto
y con energía para dar mil batallas más.

Y vuelves a la superficie a buscar oxígeno
recuerdas que sabes nadar
a lo sumo flotar.
Y ya te sientes más liviano
porque en la desesperación por volver a respirar
olvidaste en el fondo aquella fastidiosa carga que te había hundido.

Te sientes vacío,
pero ya no es ese vacío que pesaba toneladas
sino uno ansioso por volver a llenarse.

Empiezas a curar el alma
abastecer a tus deseos
y lo que primero es a penas conciente y tímido
toma forma, color… y se proyecta.

Entonces te cuestionas el camino
no sabes cómo continúa
pero ves que es sano
porque te mueve el amor
no cualquiera
el único que te puede abrir un universo de posibilidades
el amor propio.

ESE


Un abrazo.
No cualquiera.
ESE.
Ese que te acaricia el alma,
que te vuelve niña por un momento,
que te dice que todo va a estar bien,
que siempre estarán esos brazos para sostenerte.
Que hace detener el tiempo y el espacio,
que es efímero pero queda grabado a fuego en la eternidad del universo…
…porque tanta intensidad no se puede desvanecer.

Ese recuerdo que después abrazas en soledad
mientras una lagrima se desliza suavemente
y se estrella contra la realidad.
Esa que distorsionamos inconscientemente en nombre del amor
pero que se muestra cruda y contundente
cuando se avecina una tormenta.

Proceso boicoteado permanentemente
por un corazón rebelde y apasionado
…curiosamente ingenuo.

Heridas que continúan suturando,
rencores que permanecen anudados en la garganta,
orgullos que asfixian,
temores que inmovilizan.
Errores sin reconocer…
Perdones sin expresar...

Devenir de una gran maraña de contradicciones
pensamientos y emociones que asaltan en simultáneo…
Y pesan…
Y duelen…
En el cuerpo y en el alma.

Y sin embargo…
contra toda lógica y amor propio…


…ESE.