Mi vida, mi historia


Apariencias, autoengaño, mentiras, huidas...
Al final, la realidad supera, la verdad quiere escapar por cada poro
En cada acción, en cada lágrima, en cada angustia, en cada crisis.
Perplejidad, complicidad de una mente sin descanso…

Paren el mundo que me quiero bajar?
O paren el mundo que me quiero subir?

Punto límite que te obliga a leer la historia,
la propia historia donde uno no se reconoce como protagonista
Porque, ¿cómo fue que llegó hasta allí?
¿Quién es el autor de esta novela?
Bien uno puede decir que el mundo conspira en su contra
o que a veces el destino se compadece y le da una que otra alegría

Y esa es la cuestión, asumirse protagonistas
o escapar para siempre cuan víctima de un autor perverso
que con su pluma hace y deshace nuestra historia a su gusto.

Una vez me dijeron “no cuestionarse es de sabios”
¡Vaya sabiduría de la que me encuentro lejos!

Hoy decido empezar de nuevo
abrir una puerta que hasta hoy estuvo bajo llave
me dispongo a encontrar dentro lo más oscuro y lo más bello
a llorar, gritar, enojarme,
pero también a reír, entusiasmarme y construir.

MOVERME, MOVILIZAR, MOVILIZARME,
DESPERTAR TODOS LOS SENTIDOS,
PASAR POR TODAS LA EMOCIONES,
RECONOCER TODAS MIS DEBILIDADES
Y POTENCIAR TODAS MIS FORTALEZAS
SENTIRME VIVA!

Porque como dice un clásico y genial dicho:


¡Pucha que vale la pena estar vivos!

La osadía de vivir




Cuando me poblé de apátridas sin equipaje
la cordura empezó a zigzaguear por hiedras dudosas
quise resplandecer a la sombra de un junco
más la percusión hizo vibrar hasta las pestañas.

Cuando aparté el peso cada vez más distante y asfixiante
me encontré solamente con lo puesto
y en la simplicidad de ver lo que parece engorroso
pude encarar lo vívido de ser un souvenir más.

Acaricio la calidez de la plenitud en soledad
proceso de metamorfosis que juega con el azar
tirando dados, avanzando y retrocediendo casilleros, sacando cartas
renovando día tras día la osadía de vivir.

Somos viento, somos protagonistas




Estado calamitoso que regresa sin permiso
escondido, latente, resguardado detrás de euforias pasajeras.
Acaba constante, insistente...porque finalmente nunca parte.

Hacerle frente es un desafío permanente
sólo la experiencia lo reconoce
sólo el valiente lo asume.

Nada es casual, y eso…
es un estilo de vida.

Pseudo creencia de que puertas y ventanas
se abren y se cierran con corrientes de viento
sin percatarnos que sencillamente uno es el viento.

Tormentas candentes, brisas húmedas,
relámpagos oscuros, truenos silenciosos...
...somos protagonistas.