Invalidando las nauseabundas tranqueras que desquician la partida
forjo la rueda del entierro a lo que inspiro levitar
Pero vuelvo a lo que remotamente olvidé antes de soñar
porque las cortinas flamearon y la ventana se inhibió
Esta vez los rayos oscurecieron el escondrijo
y el santo se lamentó al despojarse de su manto
Pero parece intransigente el sonido de la materia
suspira calor y refluye dolor
Y cuando la insignia del coraje no tiene guarida
es porque hay hierbas que ya no danzan
que quedaron encasilladas en las andanzas de lo cotidiano
de lo superfluo necesario.
2 comentarios:
siempre existirá el dolor detrás de cada sonido quebrado, pero siempre volverá la alegría brotando primaveras a nuevas épocas!
oohh!!! sos más tierno! ;)
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