La osadía de vivir




Cuando me poblé de apátridas sin equipaje
la cordura empezó a zigzaguear por hiedras dudosas
quise resplandecer a la sombra de un junco
más la percusión hizo vibrar hasta las pestañas.

Cuando aparté el peso cada vez más distante y asfixiante
me encontré solamente con lo puesto
y en la simplicidad de ver lo que parece engorroso
pude encarar lo vívido de ser un souvenir más.

Acaricio la calidez de la plenitud en soledad
proceso de metamorfosis que juega con el azar
tirando dados, avanzando y retrocediendo casilleros, sacando cartas
renovando día tras día la osadía de vivir.

Somos viento, somos protagonistas




Estado calamitoso que regresa sin permiso
escondido, latente, resguardado detrás de euforias pasajeras.
Acaba constante, insistente...porque finalmente nunca parte.

Hacerle frente es un desafío permanente
sólo la experiencia lo reconoce
sólo el valiente lo asume.

Nada es casual, y eso…
es un estilo de vida.

Pseudo creencia de que puertas y ventanas
se abren y se cierran con corrientes de viento
sin percatarnos que sencillamente uno es el viento.

Tormentas candentes, brisas húmedas,
relámpagos oscuros, truenos silenciosos...
...somos protagonistas.