Esos ojos tuyos

 
Espasmos inquisidores y agobiantes
jauría acorralada que se desangra
resuena por la espera de aquel auspicio
antiácido camuflado en el delicado rosedal
Engendro la maleza del abismo
solo para abarrotar las solapas de lo perdido
comprimo los puños y clavo los ojos
su mirada paraliza el torrente sanguíneo
enmudece el espíritu
shockea la razón suprema
subvierte instantáneamente lo que creí ser
me desarma y me vuelve a armar
como una muñeca desmontable
al azar de la creatividad de un infante
Y quedo desnuda
 susceptible
tendida en su pecho
al amparo de su promesa
esclava de mi ilusión

Recreándome una y otra vez



Allá a lo lejos las ramas se sacuden colapsando en silencios secos

aquí dentro las notas insisten en compartir su estupor decoroso

relación interna desde un afuera

En el intervalo acontece la invención de mi subjetividad

desterritorializada, gravitante...

en la búsqueda de un no lugar donde no agenciarse jamás.

Sublimemente pura


Los momentos nos atraviesan exentos de agujas
convocando ilusiones y terrores
lapidando aquello que fue por lo que vendrá
logaritmo inconcebible al enjambre que me sobrevuela

Inquilino ilegítimo de mis recuerdos
de mis sueños, de mi posibilidad de sonreír
Lo existente se renueva
lo posible cobra dimensiones desmesuradas

Tu discurso crea un mundo
lo bueno y lo malo se desvirtúa
la verdad y la mentira pierden sentido
sólo queda el “aquí y ahora”
fieles perceptores de mi vaga experiencia
sublimemente pura.

Desbaratada y levitante


Acercamiento inoculable y pomposo
desarraigado embotellamiento de sentidos
Se reduce el espíritu a la carne
pero la piel suda fulgores del alma.

Enmascaramiento engañoso
silencios que sugieren
miradas que narran
al punto de sentirme ultrajada,
desbaratada.

Me pierdo en una orquesta de fuegos
de suspiros en cámara lenta
El cuerpo me hace transparente
ya no negocio ni disfrazo.

El devenir me sacude por su rapidez
el suelo se fisura
entonces levito y dejo fluir
dispersándome por esta nueva sinestesia.

Los súbditos del "yo"


Fluyen desgarbados hasta ser exterminados
y alados sólo flotan al ritmo del viento
permaneciendo escuálidos y penosos
Se desintegran al ser sujetados o soplados
como cenizas de aquella carta olvidada

Gozan de su rigidez al punto de resquebrajarse
pero desde su contracara emanan calidez
y esa es la más sincera y simple
dialéctica de un devenir atolondrado

Cobran impulso al ser expuestos
se comportan como fuerzas activas y reactivas
aunque su creatividad depende de su canalización
esfuerzo cotidiano y voluntario hacia el eterno retorno

A veces quisiera ser un río


Cotidianeidad monótona de la rutina efímera
laberinto harto conocido por mi educado amoldamiento social
desgastado por los pasos de este cuerpo automatizado
ritualizado, ausente.

Necesito abstraerme
suspenderme en el suspiro de mi pensamiento
atrás el tiempo seguirá lineal y acelerado
el mundo continuará girando
pero mi cuerpo exige detenerme
reconocerme (mejor dicho conocerme),
liberarme, hacerme presente.
Darle espacio a la maraña nocturna que irrumpe en mi mente
esa que no puedo nombrar,
que no tiene sentido
pero que sigue existiendo
y encorva mi espalda…
Sí, existe
y es lo que me paraliza cuando no puedo continuar
alejándome de mi identidad
un engranaje funcional a la sociedad moderna.

Sostengo la mirada perdida en la corriente
el río no me atemoriza ni me desafía
sólo me devuelve armonía
enriquece mis asignificantes
que por un instante encuentran sentido.
Tampoco le incomoda que lo vea
no sabe de cultura y esas cosas
es como un niño
pero que nunca crece…
A veces quisiera ser un río.

"Y la banda siguió tocando"


Inaudible ración de un grito estridente
sinfonía acongojada de la eterna función
anuncio libertad para oprimirme en esclavitud
es que nadie me enseñó la música
la teoría no alcanza a la práctica
sólo es la Enciclopedia neurótica del sinfín indignado.
Las palabras fluyen acopladas a la historia popular
esa que todos cuentan por al mitad
el resto es hermético a la superficialidad material.
No creo lo que veo para mucho menos creer en lo que siento
como el engaño de ese amanecer espolvoreado
rayo de sol que me atraviesa
me ilusiona para dejarme en la penumbra absoluta
velo de la ignorancia o la arrogancia
indistinto
al final la naturaleza triunfa
y nos reducimos a lo mismo
polvo

Elevo anclas...sigo viaje



Altitud monocorde de un infinito resguardado
parcela atraída al rincón del coliseo
para inaugurarse una vez más
dejarse caer como ancla de aquel barco pesquero
en el mar
caótico, azul, armonioso,
pero desfondado.
Me desplomo, sí
los músculos no me responden
el pecho se me cierra.
Se ahoga el lazo que no se deja romper
se debilita sólo para renacer más fuerte
el haz de luz todo se encuentra en la cúpula
y en tiempo inconcebible
envía una bola de fuego directo al centro vital.
Complicados avatares
inusitados pergaminos
giros abastecidos por la vida misma.
Las diversensaciones se esfuman
cuerpo exhausto
mente dispersa
esbozo una mueca sin sentido
elevo anclas
sigo viaje

Adios siempre hasta pronto


Un saludo más
pero un adiós que gritaba hasta pronto
tú quedabas allí con tu rutina
yo seguía viaje con mi osadía
aquella que ansiaba saber que había ocurrido en esa despedida
en ese abrazo estremecedor de un cuerpo ignorado por la mente

Ruleta rusa que me hacía girar en línea recta
pasadizo secreto que se tornaba público sólo en sueños

No esperé la luz verde
me aventuré a jugar mis fichas
al lanzamiento azaroso de los dados
después me percaté que no era un juego de suerte
que tú también habías predispuesto tus piezas sigilosamente
habrá sido el azar entonces el que condujo la partida a nuestras manos

El recuerdo me sofoca al galope de un palpitar atolondrado
réplica de aquel flash que se expandió a nuestro infinito
cantar melódico de las caricias perfumadas
mixtura arraigada en el contenido de nuestra carne en llamas

Zigzag, vaivén, saltos y retrocesos
almas desgastadas por los obstáculos superados
revividas por los momentos resguardados
detenidos en el tiempo
por aquella mirada
por aquellas palabras
por nuestras pieles fusionadas sudando amor

Del tiempo y sus historias


Abstraídos en esos encuentros legendarios
el tiempo tomó ventaja y se alzó en vuelo
despertando un viento imperceptible y burlón
 no tardó en alborotar  la tierra

…y las huellas se borraron 

…y de pronto te perdí.

Busqué afligida en soledad ese resplandor
ese paisaje exquisito de noches de verano
pero a mayor empeño, menores rastros
hasta no recordar que estaba explorando

No hice grandes escándalos
a pesar de las ásperas críticas retumbando adentro
sólo después descifré que eran reclamos
en aquel momento desorientada aún por el torbellino
atiné a seguir la flecha luminosa  que me indicaba algún camino
 
Ya el tiempo dejó de soplar
pero nuestros destinos no se volvieron a juntar
entonces busco en mis memorias
la historia se narra clara y fluida
por algún motivo aparezco en tercera persona
razón tal vez de su transparencia
 
La novela cuenta que en sus cruces de palabras y miradas
ella descubría a través de sus ojos
aquello que nunca pronunciarían sus labios
aquello que gustaba aturdir su corazón
sabía que de tanto en tanto él se redimía
una melodía musical lo envolvía y lo elevaba
eran notas que no se tocaban, se sentían
eran letras que no se escribían, liberaban.

Poema de una noche desvelada



…y cuando ya no hay tiempo que agotar

se regocijan en el llano los pesares

Abatidos por el vaivén de un andar atolondrado

yacen allí por unos instantes

para rejuvenecerse como flores en primavera

de nuevo allí para aturdirme

de nuevo allí para apuntalarme

ha de ser así

…ciclo dialéctico de mi existir.

Los ojos del alma


Resulta que el cielo ahogó sus penas con el fuego de tu mañana
y la lágrima recorrió el relámpago por no ceder su puñal
esa última que lloró la nube
la que se llevó el día besándose con la noche
sellándose para siempre en aquel segundo intransigente
sublime y sublevado hasta el punto donde se deshojan los ojos
esencia intangible que se derrama y vacía poco a poco el alma
que grita sangre y susurra olvido
esa alma que prospera a pesar de todo
por sus huellas y matiz
caminos áridos y hasta rocosos desafía,
siempre aceitados los engranajes
para socorrer a esos ojos ausentes de vida
de mirada lejana y cansada
sutil y abreviada
tan vacíos y tan llenos,
colmados de historia, desiertos de ilusión
Por esa luna con la que vive
con la que nace en las noches y comparten la luz. 

Este poema fue escrito en conjunto con otra persona a través de una especie de juego. Gracias Diego.

Experiencia de una imposible vuelta a casa


“Empiezo a comprender que allí donde hay límites hay también, en el otro lado, más allá de mis particulares confines, otras voces, otros cuerpos, otros mundos (…) Llevado hasta el interior de este país fronterizo, examino el espacio potencialmente más lejano: la posibilidad de otro lugar, otro mundo, otro futuro.”

“A través de los vastos y múltiples mundos de la ciudad moderna, también nosotros nos convertimos en nómades a lo largo de una migración que cruza un sistema demasiado extenso para pertenecernos, pero en el que estamos plenamente estamos involucrados: traduciendo y transformando lo que encontramos y absorbemos en instancias de sentidos locales.”


Creo que si lo tomamos en un sentido metafórico, la vida, con todo lo que esta palabra de cuatro letras significa, es una permanente “imposible vuelta a casa”. Como sujetos que somos y en los cuales nos vamos constituyendo desde el día en que nacemos, nos encontramos en constante cambio, transformaciones que se tornan imperceptibles en la cotidianeidad de los días pero que definitivamente pueden ser evaluadas en periodos de tiempo largos. Así es que llega un momento en que nos transcurre algo particular, en que nos vemos obligados a actuar de determinada manera, a tomar decisiones contundentes  y, en el medio de la confusión, repentinamente nos cuestionamos: “¿Y ahora que hago? ¿Cuáles son mis prioridades? ¿Por qué me cuesta tanto definir mi rumbo?”

De esta forma es que voy dejando cosas en el camino y me voy apropiando de otras mientras la nostalgia me hace, de tanto en tanto, mirar para atrás y dudar. La adrenalina, la ansiedad y la incertidumbre se apropian de mi cuerpo por no saber cómo el siguiente paso repercutirá en mi ser, el mismo que en unidad siempre tiende a la multiplicidad, una multiplicidad mutante.

Y fue de esta manera que una vez terminada la secundaria tuve que determinar mi rumbo, y decidí venir a estudiar Comunicación Social a Rosario, dejando rutinas, amigos y familia allá en Avellaneda (Santa Fe), a 500 Km. de mi actual ciudad, de…mi hogar? Hace casi cinco años que vivo aquí, ni un cuarto de mi vida y, sin embargo, considero Rosario mi hogar, los amigos de la facultad mi familia, Comunicación Social mi vocación de toda la vida. Y reflexionando sobre esto, me percato de esta gran artimaña que es “El Tiempo”, secuencial y crono-lógico…claro está, sólo se haya en la mente siempre leal a “la razón”, no tiene en cuenta las intensidades del aquí y ahora, no tiene en cuenta el tiempo del cuerpo y del alma.

De todos modos, como dice Chambers, “venir de otra parte, de "allá" , no de "aquí" , y encontrarse por lo tanto, de manera simultanea, "dentro y fuera" de la situación de que se trate, es vivir en intersecciones de historias y memorias, experimentando tanto su dispersión preliminar como su traducción consiguiente en nuevas disposiciones más vastas a lo largo de rutas desconocidas.” Es por eso que yo no olvido “mi allá” y siempre vuelvo, necesito volver, para que todo sea como antes, para saber que aún tengo mi historia allí, que aún puedo rescatar anécdotas y experiencias de una vida anterior. Con la diferencia que ahora voy de visita unos días y luego preciso partir, retornar a mi ciudad, mi hogar, volver a mis amigos, mis salidas, mis actividades. Entonces me doy cuenta de que soy un híbrido entre Avellaneda y Rosario, que hay cosas de mi ciudad natal que fueron fundamentales en la constitución de mi identidad, que no es casual que haya venido a Rosario, que no es casual que haya elegido Comunicación Social como carrera. No es aleatorio tampoco, que una vez aquí haya tenido más afinidad con determinado tipo de personas, que éstas hayan y  sigan moldeando mi identidad particularmente, una identidad que se va constituyendo a partir de la apropiación y transformación de los diferentes espacios que ocupo, con experiencias nuevas cada vez, con “otros” que me definen a la vez que defino.

Este híbrido trasciende las fronteras de lo meramente geográfico y se sumerge en lo simbólico. En Rosario tengo hermanos y amigos que son de Avellaneda y otros que también vinieron de afuera, personas muy importantes en la cotidianeidad de mi vida, personas que también sienten a Rosario como su hogar y que eventualmente, la experiencia en la ciudad los ha hecho cambiar, abrir sus cabezas, ser testigos de que nunca se termina de vivir, de que siempre hay algo nuevo por conocer, por probar. Y más allá del vínculo familiar o de amistad, nos une la complicidad de haber experimentado de manera similar la misma vivencia, esa que nos hizo venir de allá y no de aquí, esa que nos hizo encontrarnos “dentro y fuera”.

Entretanto, creo que “la imposible vuelta a casa” se da también a partir del particular recorrido por la carrera de Comunicación Social. Por unas de esas maravillosas casualidades del destino, me crucé con este seductor nombre mientras buscaba desesperadamente alguna carrera que me gustara. En cuanto a si conocía en qué consistía, no tenía más idea que lo que me podía decir el programa, pero éste me fascinó al ser una convergencia de varios saberes que por uno u otro motivo, me interesaban. Entonces comencé mi primer año, como “pollito mojado”, sin saber de donde venía ni hacia donde me dirigía, pero con la tranquilidad de saber o suponer que todos los ingresantes estábamos en las mismas condiciones. Y el primer año transcurrió así, como me había advertido el programa, materias interesantes en sí mismas pero aparentemente disociadas entre sí, sin objeto particular. Los años posteriores me enseñaron que esta carrera no se puede explicar, sólo experimentar, y que si uno realmente se apropia de la misma y la siente como su vocación, no vuelve a ser el mismo. Esto ocurre no sólo en el ámbito académico o profesional sino en todos los ámbitos, así es que progresivamente me fui sorprendiendo de mi hablar, de mi reflexionar, de mi vivir. Consecuentemente me encontré discutiendo y apasionándome sobre temas que hace cinco años ni imaginaba; o haciendo cosas que nunca me llamaron demasiado la atención. Igualmente  me sorprendí  estando en la misma sintonía que “otros” que ayer se hallaban en otro nivel, mientras mis ideas se distanciaban de aquellos “otros” con los que alguna vez fuimos “almas gemelas”.

En conclusión, soy partidaria de que hasta las situaciones más superfluas nos transforman, imperceptible o conscientemente, somos sujetos dinámicos en constante constitución. Apropiándonos de o simplemente transitando diferentes entornos, estableciendo vínculos o meramente frecuentando distintas personas vamos moldeando nuestra identidad, determinando nuestro rumbo. Y es un viaje de ida, sin retorno…porque a medida que nos acerquemos a destino, el horizonte naturalmente seguirá estando lejos, porque no hay fronteras…(la Tierra es redonda).

Este ensayo nace a raíz de una consigna del seminario “Cultura e identidad” de la facultad, el cuál consistía en narrar una experiencia de una “imposible vuelta a casa” a partir de la lectura del primer capítulo de “Migración, cultura, identidad” de Ian Chambers

Un viaje de ida (la Tierra es redonda)

Como sujetos que somos y en los cuales nos vamos constituyendo desde el día en que nacemos, nos encontramos en constante cambio, transformaciones que se tornan imperceptibles en la cotidianeidad de los días pero que definitivamente pueden ser evaluadas en periodos de tiempo largos. De esta forma es que vamos dejando cosas en el camino y nos vamos apropiando de otras mientras la nostalgia nos hace, de tanto en tanto, mirar para atrás y dudar. La adrenalina, la ansiedad y la incertidumbre se apropian de nuestro cuerpo por no saber cómo el siguiente paso repercutirá en el ser, el mismo que en unidad siempre tiende a la multiplicidad, una multiplicidad mutante. Es que hay tanto por experimentar, por vivir, por conocer… de los más diversos ámbitos, de los más dispares niveles, la complejidad del mundo nos acecha por todos lados.
Las situaciones más superfluas nos transforman, imperceptible o conscientemente, somos sujetos dinámicos en constante constitución. Apropiándonos de o simplemente transitando diferentes entornos, estableciendo vínculos o meramente frecuentando distintas personas vamos moldeando nuestra identidad, determinando nuestro rumbo. Y es un viaje de ida, sin retorno…porque a medida que nos acerquemos a destino, el horizonte naturalmente seguirá estando lejos, porque no hay fronteras…(la Tierra es redonda).



“Empiezo a comprender que allí donde hay límites hay también, en el otro lado, más allá de mis particulares confines, otras voces, otros cuerpos, otros mundos (…) Llevado hasta el interior de este país fronterizo, examino el espacio potencialmente más lejano: la posibilidad de otro lugar, otro mundo, otro futuro.”
Ian Chambers
"Migración, cultura, identidad"
 

Camino y corro: Más allá del logos, menos acá de lo absurdo



Cruzo aquel callejón rancio
pero la vaguedad me sacude
tiemblo más allá del resplandor
y por las dudas, sentencio lo absurdo
camino entonces y me freno
miro en todas las direcciones
no me oriento…y corro
camino y corro
camino y corro
hasta exhalar el último hálito
tormentas de “otredades”
me toman de improviso
se regocijan en el lenguaje anónimo
de las identidades que fueron
y que fui yo también
porque ahora estoy perdida
no me encuentro
no me quiero encontrar deambulando
por lo que aquellas sombras de luces expresan
ayer hablaron con Logos me contaron
pero la arboleda
colmada de jardines zumbando
no me deja oír más
y el tacto se sofoca
como aquella imagen que aún suena
hace ruido, retumba…insoportable!
estoy confundida
lo se todo y duele
ahora entiendo porque el espíritu agoniza
lágrima confundida con el rocío
aquella mañana en la que oscureció temprano
la luna se sentía en su trono
desafiando a Ra
ni las estrellas alguna vez leales quedaron
huyeron
escaparon como hoy lo hago yo
camino y corro
camino y corro
camino y…y?

Poema de una mente trastornada



Amanece en mis ojos la mirada…
La escucha de lo que alguna vez fui me supera
trasciende las fronteras del entendimiento
Transmutación…ya no soy

Segundos abarrotados que no prosiguen
flagelo de la consciencia voluntaria.
Cuestiono algo de lo que es imposible volver
esta noche no podré interrumpir la vigilia
el chirrido de una ventana cerrándose lo evitará

Necesito engañar el paraíso infernal, las gloriosas tinieblas
verdadera odisea para esta mente trastornada
¿De qué es capaz el género humano?
¿Qué falló el día en que el hombre se percató de la razón?

Psicosis reproducida en un círculo vicioso
alimentada por una realidad perversa
que se confunde con las fronteras de la fantasía
a veces se adentra y acampa allí
deviniendo morbosidad…
Sus consecuencias sí son reales

Catarsis


Diferentes hilos existenciales se complotan
desembocando en un portentoso artificio embustero
traición de una maquina mental alguna vez mía
ajena en este momento a la susceptibilidad de mi alma

Quiero huir y no puedo
quiero regocijarme en tus brazos y estas lejos
me encuentro atrapada
mi ego me juega una mala pasada
y me enreda en un enjambre caótico de negativismos
Quiero trepar a la cumbre
y en la cima sólo encuentro los escombros de mis fracasos
derrotas de un espíritu que no puede ver más allá

“Pero ésta no soy yo”, me repito
y el eco de la sinapsis neuronal
me responde con una chispeante carcajada.
Me hundo en un océano que hace instantes no existía
los salvavidas colisionan entre sí y yo no los puedo alcanzar
es que ni siquiera los puedo ver

Entonces,
muy a lo lejos,
en medio de este caótico mundo paralelo
escucho,
como una leve brisa susurrante
“no estás sola”

Y como cola de remolino que sigue su camino
todo vuelve a su estado original
El sol siempre vuelve a brillar
pero necesitamos de la noche y la tempestad
para saber que está allí

El arco iris se dibuja pasada la tormenta
el espíritu creativo se libera detrás del alud
sólo hace falta que le tiendan una mano

Y es que no estamos solos
no podemos estar solos
Somos con otros
somos por otros
somos para otros
“otros” que hacen que  un ciclón no sea más que una leve lluvia pasajera

El paisaje no se deja apreciar


Catacumbas de un adiós jamás expresado
Advertencia quizá de la adrenalina de vivir
Pesa este amanecer sobre los hombros
como carga de aquel una vez crucificado

…y el paisaje no se deja apreciar

Cada yeta,
cada mes
vuelve
aunque creo que nunca parte
cuesta asimilar la idea
sólo es eso

…y el paisaje no se deja apreciar

Imágenes desoladas que claman por tu ausencia
falta una pieza clave en el rompecabezas
todos lo advierten
tratan de rellenarlo o taparlo
engañar sus sentidos
patético intento del que quiere continuar

…y el paisaje no se deja apreciar

Simbiosis


Un compuesto de multiplicidades heterogéneas
repercute en cada cavidad
Mi cuerpo se estremece por sensaciones diversas
irreductibles unas de otras
No me reconozco.

Gotas de sudor tartamudean en lenguas extranjeras
pero de un afuera que se extiende más allá del universo
y a la vez se halla muy adentro
en lo más interno de mi ser
que en aquel momento también es el tuyo
es nuestro…simbiosis.

Encuentro, choque, espada y carne
memorable, verdaderamente memorable
y por eso mismo fugaz
para continuar deviniendo
Porque cada vez será distinto, único, auténtico
cada vez será mágico… una quimera.